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El Faro Roncali, el punto más occidental de la geografía cubana en el Cabo de San Antonio

Además de las exquisitas playas, vírgenes aún, que atesora la península de Gunahacabibes en la provincia de Pinar del Río, existe un sitio verdaderamente llamativo y sugerente en el extremo occidental cubano.

Se trata del punto exacto donde termina nuestra geografía nacional y comienza el estrecho de Yucatán, paso de mar que nos separa de México. En este lugar se erige uno de los faros más bellos de toda Cuba, lo mismo por su peculiar fisonomía que por las increíbles vistas que nos ofrece.

Sin lugar a dudas el Faro Roncali es una de los portentos arquitectónicos que los visitantes pueden encontrar a su paso por la mayor de las Antillas. Se trata de un verdadero hito en la ingeniería cubana, que cuenta ya con más de un siglo y medio de historia.

Se encuentra emplazado en uno de los más sugerentes destinos turísticos de Cuba, al contar con paisajes de belleza única y gran biodiversidad vegetal. De hecho, la Península de Guanacahabibes, fue declarada por la UNESCO como Reserva Mundial de la Biosfera desde en 1987; y todo ello se puede apreciar desde la perspectiva única del Faro Roncali.

Esta torre cónica de piedras calizas, cuya finalidad primera es la transmisión de señales lumínicas a las naves que incursionan en el Golfo de México, se ha convertido con los años en mucho más que un simple fanal.

Al igual que el Faro del Morro es una de esas postales icónicas de la vieja y glamorosa Habana, este hermano menor que se ubica en el cabo de San Antonio, se ha convertido en un verdadero símbolo de cubanía, y uno de los sitios más visitados del occidente del país, tanto por los propios nacionales como por todos aquellos turistas que quieren tener una foto en este lugar extremo de la geografía cubana.

Si bien desde 1976 se construyó una carretera para conectar la comunidad carbonera de Los Cayuelos, más recientemente se inauguró un vial de 65 kilómetros que dispone de todas las condiciones para que los visitantes logren acceder sin contratiempos al Cabo de San Antonio y en especial a su faro.

Roncali

Este centinela se yergue con 33 metros de altura sobre el nivel de su base, está conformado por rocas silladas y divididas en cinco habitaciones en su interior, todas perfectamente conservadas.

El Faro Roncali forma parte de los 17 faros ubicados en ensenadas y penínsulas de las costas cubanas, pero su singularidad se deriva del hecho de marcar el extremo oeste de la isla, en una zona considerada como el último reducto de los aborígenes indocubanos antes de ser exterminados por la corona española.

Tras ser ese digno refugio para nuestros primeros habitantes, el lugar siguió con su vocación benéfica al acoger este fanal, capaz de llevar destellos de luz cada 10 segundos a tripulaciones que se encuentren a una distancia de hasta 18 millas náuticas.

Se trata de un edificio que honra al capitán español Federico B. Roncali, quien ordenó la construcción de la farola en 1842, aunque las labores de montaje salieron de las manos esclavas de negros y chinos a quienes los amos castigaban por su desobediencia en tan inhóspito paraje.

Y sí que era un castigo, pues documentos de la época y recientes exploraciones arqueológicas demuestran que la construcción de aquella colosal obra requirió varios meses de extenuantes jornadas de trabajo.

Pero si de historia hablamos, las costas más occidentales de la geografía cubana, guardan también increíbles tesoros de naufragios obrados por corsarios y piratas del Mar Caribe. Aunque mucho más sorprendente aún es el hallazgo reciente de lo que pudiera entenderse como una ciudad sumergida, que con sus pirámides y edificaciones de piedra hace pensar en la mítica Atlántida.

Además de los de restos hundidos de buques y galeones, donde ahora tienen refugio cientos de especies marinas, aquellos amantes del inmersionismo y otras prácticas subacuáticas, encontrarán arrecifes coralinos de singular belleza y tan vírgenes como las propias playas.

Sobrados motivos para hacerle una visita a ese gigantesco amigo que marca la terminación de la isla de Cuba y saluda con sus singulares destellos las tibias aguas yucatecas. La invitación está hecha, nos vemos en el Faro Roncali.

Foto de portada: Cortesía de Radio Guamá, Pinar del Río