El régimen cubano ha atribuido la persistente escasez de sal a la crisis del transporte que afecta a la población de la isla. Fabio José Raimundo Paz, director general del Grupo Empresarial Geominero Salinero (Geominsal), explicó en el programa oficialista Mesa Redonda que las dificultades logísticas y la falta de recursos continúan impidiendo la distribución de este producto esencial.
Raimundo Paz señaló que, a pesar de contar con "decenas de miles de toneladas de sal listas para su distribución", la falta de transporte ha sido un obstáculo insuperable. "El caso de la sal se complica muchas veces por las dificultades para hacer llegar el producto hasta el pueblo. Hemos tenido decenas de miles de toneladas sin entregar por complejidades logísticas y la limitación de recursos", subrayó.
Este problema se suma a otros desafíos que enfrenta el país en términos de infraestructura y distribución de bienes esenciales. La producción de sal en Cuba requiere una alta cantidad de energía, principalmente obtenida mediante el uso de radiación solar. Las salineras del país se encuentran principalmente en la región oriental, aprovechando las condiciones climáticas favorables, con poca lluvia y temperaturas estables durante todo el año, lo que acelera la evaporación del agua.
Impacto climático en la producción de sal
No obstante, Raimundo Paz mencionó que condiciones climáticas adversas han afectado gravemente la producción de sal en algunas regiones como Matanzas. "En Matanzas tenemos uno de estos centros productores, pero en los últimos 30 años los ciclones lo han destruido en cinco ocasiones. Esto es un ejemplo que explica por qué debemos tener estos lugares en sitios más seguros y eficientes desde el punto de vista climático", explicó.
Desde el año pasado, el régimen viene culpando al transporte de que los cubanos no tengan sal para cocinar. El ministro de Energía y Minas de Cuba, Vicente de la O Levy, informó en febrero de 2023 que había atrasos en la entrega de la cuota de sal para la población por problemas de transporte del producto. "Tenemos más de nueve mil toneladas de sal en las salinas", pero no hay como distribuirla por tener problemas con el mal estado técnico en las casillas de ferrocarril que trasladan el importante producto, detalló entonces.
En abril pasado, problemas con el transporte de carga impidieron que la producción de la Salinera del municipio tunero de Puerto Padre llegara a otros territorios diferentes a su mercado habitual en las provincias Las Tunas, Holguín y Villa Clara. En Las Tunas, una provincia con varias salinas activas, se detuvo la producción de pan en marzo pasado por falta de sal.
Los cubanos, por su parte, se quejan de que la sal solo es posible conseguirla a más de 500 pesos en las tiendas carísimas de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes). “¡Ya no hay ni sal! Una isla rodeada de mar. No recuerdo cuándo fue la última vez que la vendieron por la ‘canasta básica’. Pero, bueno, ¡si eso fuera lo único que padecemos...!”, se quejó la habanera Inés Casal, madre del activista y artista plástico Julio Llópiz-Casal en enero pasado.
Preguntas y respuestas sobre la escasez de sal en Cuba
En este apartado respondemos algunas preguntas clave para entender mejor la situación de la escasez de sal en Cuba y sus causas.
¿Por qué hay escasez de sal en Cuba?
La escasez de sal en Cuba se debe principalmente a problemas logísticos y a la falta de transporte, según explican las autoridades del Grupo Empresarial Geominero Salinero (Geominsal).
¿Dónde se produce la sal en Cuba?
La producción de sal en Cuba se concentra principalmente en la región oriental del país, donde las condiciones climáticas son favorables para este proceso.
¿Qué medidas se están tomando para solucionar la escasez de sal?
Las autoridades han mencionado la necesidad de mejorar la infraestructura y las condiciones climáticas de las salineras, aunque no se han especificado medidas concretas a corto plazo.
¿Cómo afecta la escasez de sal a la población cubana?
La falta de sal ha complicado la preparación de alimentos y ha obligado a la población a pagar precios elevados en tiendas de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes).