Mario Alberto Urquía Carreño, quien se desempeñaba como Gran Maestro de la masonería en Cuba a pesar de un creciente malestar en su contra, presentó finalmente su renuncia este 18 de agosto, después de al menos siete meses de intensas disputas dentro de la comunidad masónica de la isla.
A pesar de que Urquía Carreño se aferraba al cargo, a pesar de haber sido expulsado previamente de la Orden, la decisión fue tomada tras la presión ejercida por los masones cubanos, quienes exigieron su dimisión debido a crecientes divisiones internas.
“Antes de permitir que la división existente perjudique aún más a la Institución y se incrementen los ataques que a través de las redes sociales se realizan, lo que aumentaría aún más la denigración a la que está sometida la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. por parte de sus enemigos, en bien de la Institución este Gran Maestro renuncia al cargo”, expresó Urquía Carreño en un comunicado oficial reseñado por el medio independiente Cubanet.
Las razones detrás de la dimisión
En cuanto a las razones detrás de su dimisión, Urquía Carreño indicó que en la institución masónica existe “una incompatibilidad en criterios en la correcta aplicación e interpretación de nuestras leyes”, lo que ha llevado a que “las opiniones en nuestras Logias se encuentren divididas en cuanto al correcto proceder”.
Además, lamentó que “se han desatado el odio y los insultos entre hermanos olvidando que juramos defendernos presentes y ausentes. La situación institucional muestra hoy una funesta división. Por las actuaciones vistas de algunos masones, se denota la existencia de un peligro creciente de agresiones y no permitiremos que esto suceda; la incomprensión ha sometido a nuestros hermanos”.
La renuncia se produjo tras una reunión con más de un centenar de masones en la Gran Logia de Cuba, encuentro convocado por el propio Urquía. Los masones se congregaron en el teatro del edificio de la Gran Logia, donde una fuente anónima consultada por el citado medio describió que Urquía tenía la intención de manipular a los asistentes. Sin embargo, los masones presentes no se lo permitieron, y la frase unánime que se escuchaba era “entrega y vete”.
Uno de los testigos de la reunión relató que las tensiones escalaron al punto de que Urquía abandonó el teatro, pero fue seguido por los masones hasta el onceno piso, donde se encuentra su oficina. Ante la presión de los presentes, el Gran Maestro accedió a reunirse con una representación de ellos. Durante dos horas se negociaron los términos de su salida, aunque los detalles de esas conversaciones permanecen en secreto.
Finalmente, Mario Urquía aceptó dimitir y en su lugar fue nombrado el Diputado Gran Maestro Maykel Filema, quien tendrá la tarea de convocar a elecciones en la próxima sesión de Alta Cámara, programada para septiembre. La renuncia de Urquía es vista como una victoria por los masones.
Antecedentes de la crisis masónica
Los problemas comenzaron con el misterioso robo de 19,000 dólares de la oficina del Gran Maestro, evento que culminó con su expulsión de la Orden. A pesar de eso, el Ministerio de Justicia de Cuba, en un acto de injerencia permitido por las leyes del país, no reconoció la expulsión y restituyó a Urquía en su cargo en menos de tres meses. Ese hecho provocó una masiva protesta de masones a las afueras de la oficina del Gran Maestro el pasado 23 de julio y llevó a que decenas de logias se insubordinaran.
En días recientes, Mario Urquía se había pronunciado en un video donde explicó que el dinero robado pertenecía al Asilo Nacional Masónico y abordó las acusaciones que se han vertido en su contra, incluidas las de traición y robo. Urquía Carreño negó categóricamente ser responsable del robo y aclaró que el documento policial que firmó, comprometiéndose a devolver el dinero, no implicaba admisión de culpa.
Explicó que la demora en la devolución de la suma se debió a la necesidad de cumplir con las leyes cubanas, que exigen que el reembolso se realice en pesos cubanos (CUP), lo que conlleva una pérdida considerable debido a la disparidad con el valor del dólar en el mercado informal. El Gran Maestro también cuestionó el comunicado inicial emitido por el Patronato del Asilo Nacional Masónico, calificándolo de "incriminatorio". Subrayó que ya había realizado un depósito de 270,000 CUP, equivalente a 1,000 USD, como muestra de su compromiso de devolver los fondos. A pesar de su intención de permanecer en el cargo, Mario Urquía finalmente ha tenido que ceder a la presión para que renunciara.
Preguntas frecuentes sobre la renuncia de Mario Urquía
A continuación, respondemos algunas preguntas comunes sobre la reciente renuncia de Mario Urquía como Gran Maestro de la masonería en Cuba.
¿Por qué renunció Mario Urquía como Gran Maestro de la masonería en Cuba?
Mario Urquía renunció debido a la presión ejercida por los masones cubanos, quienes exigieron su dimisión debido a crecientes divisiones internas y disputas sobre la correcta aplicación e interpretación de las leyes masónicas.
¿Qué sucedió durante la reunión en la Gran Logia de Cuba?
Durante la reunión, los masones se congregaron en el teatro del edificio de la Gran Logia y, a pesar de los intentos de Urquía por manipular a los asistentes, no se lo permitieron. Las tensiones escalaron hasta que Urquía accedió a reunirse con una representación de los masones y negociar los términos de su salida.
¿Quién asumirá el cargo de Gran Maestro tras la renuncia de Urquía?
El Diputado Gran Maestro Maykel Filema fue nombrado en lugar de Urquía y tendrá la tarea de convocar a elecciones en la próxima sesión de Alta Cámara, programada para septiembre.
¿Cuál fue el origen de los problemas en la Gran Logia de Cuba?
Los problemas comenzaron con el misterioso robo de 19,000 dólares de la oficina del Gran Maestro, lo que culminó con su expulsión de la Orden. Sin embargo, el Ministerio de Justicia de Cuba no reconoció la expulsión y restituyó a Urquía en su cargo, lo que provocó una masiva protesta de masones.