Langosta cubana, “La Reina del Caribe”
Los fondos marinos de la isla de Cuba guardan invaluables tesoros, producto de los cientos de naufragios de galeones españoles cargados de joyas, que sucumbían con su preciosa carga, ante el asedio de corsarios y piratas.
Sin embargo, entre las más preciadas joyas de la madre naturaleza se encuentra precisamente la langosta cubana, reconocida en el mundo entero como La Reina del Caribe, y comercializada en muchas partes del mundo.
Y es que nuestro país posee una de las más abundantes reservas de este crustáceo espinoso que en la cocina internacional se marida con los habanos y los rones también provenientes de la isla, una trilogía de exquisiteces de suprema calidad y extendida fama mundial.
Nuestras langostas se cuentan entre los productos más deliciosos y codiciados por los más selectos restaurantes, lo que se fundamenta en sus riquezas nutritivas y las limitadas disponibilidades mundiales de esta especie.
Caribex, la empresa que las comercializa, está insertada en el mercado como uno de los principales exportadores y suministradores de pescados y mariscos, y hace acto de presencia en los principales mercados internacionales, aunque el Viejo Continente constituye su principal destino, teniendo entre sus consumidores más fieles a los franceses, españoles, ingleses e italianos.
Los surtidos salen de las emblemáticas pesquerías de langostas del archipiélago, en las que coexisten, en armoniosa conjunción, modernas técnicas y métodos artesanales, garantía de una captura responsable y sostenible.
Su particularísimo know how es una garantía absoluta de la calidad del producto, como lo atestigua que ya en 1972 la Langosta Entera Precocinada cubana obtuviera su primera Medalla de Oro a la calidad e innovación en el exigente Salón Internacional de la Alimentación (SIAL) de París.
Nuestra industria pesquera nacional se rige por el reconocido sistema de calidad HACCP, que estipula las más exigentes normas sanitarias, y con producciones homologadas y certificadas por la Unión Europea.
¿Pero dónde se capturan esos crustáceos? En nuestro archipiélago existen muchos caladeros de pesca, aunque el más importante se localiza al sur de las provincias occidentales, entre Pinar del Río, La Habana e Isla de la Juventud, y que ofrece oportunidades inigualables si de capturas se trata.
Nuestra “Reina del Caribe” proviene de ahí mayormente pues, este espacio está considerado el triángulo langostero más grande del mundo. Está comprendido por una zona de ancha plataforma y bajas profundidades, en la que se concentra alrededor del 80 por ciento de las capturas.
Si bien la langosta puede rebasar los 30 años y llegar a pesar hasta cuatro kilogramos, las de carne más jugosa son aquellas que alcanzan tanta edad. O lo que es lo mismo, para que alcance sus primeras tallas comerciales debe tener de tres a cinco años de existencia.
La época de captura de langosta en los mares nacionales abarca desde el primero de junio al 31 de enero de cada año, con períodos de veda de cuatro meses como mínimo, y que abarcan los meses de de febrero a mayo. Se trata de una medida que garantiza la reproducción y preservación de esta emblemática especie costera.