¿Y a mí qué? ¡Poco me importa lo que piense o deje de pensar! ¿Y yo qué tengo que ver con eso? ¡Ay, da lo mismo!
Suele decirse en Cuba cuando cualquier evento termina mal.
A pesar de su dura cotidianidad de carencias y vicisitudes que hacen que la frase por la cual se identifica al cubano en el mundo sea “¡no es fácil!”.
¡Pero qué lindo está ese niño! ¡Qué bien te veo! ¡Me encanta como tienes el pelo! ¡Qué linda está esa lámpara! ¡Qué hermoso está tu perro! ¡Qué linda está esa planta!
En cualquier escuela primaria o barrio cubano sucede igual, un grupo de niños de todos los colores, tamaños y estratos sociales juegan mezclados en un parque o en el recreo.
Cuando un visitante llega a Cuba le llama la atención los cientos de vocablos desconocidos que forman parte de nuestra jerga coloquial. Aquí te hablamos acerca de algunos de esos cubanismos y su historia.
Seguramente más que intuir, has observado que los refranes forman parte de la tradición popular, se transmiten de generación en generación, perduran a lo largo del tiempo.
