El homenaje cubano a las víctimas del Maine
En la popular avenida de Malecón, muy cerca de la calle Línea y el Hotel Nacional, en La Habana, Capital de Cuba, se erige el monumento a las víctimas del submarino Maine, en honor a los marineros fallecidos durante la explosión del acorazado estadounidense en 1898, hecho utilizado como pretexto por los Estados Unidos para declarar la guerra a España y apoderarse de la Isla.
Su creador fue el ingeniero cubano Félix Cabarrocas y la inauguración tuvo lugar en 1925, el ocho de marzo, por el entonces presidente cubano Alfredo Zayas. En el acto participaron altos oficiales del ejército y la armada estadounidense.
Inicialmente, en la cúpula, sostenida por dos grandes columnas se encontraba un águila imperial con ambas alas extendidas verticalmente, que fueron dañadas por un ciclón y luego se colocaron de forma horizontal.
El monumento está asentado sobre una colosal base de granito que representa el carácter indestructible del sentimiento cubano. En él se destaca una proa de galera que señala rumbo norte, al parecer para indicar que Cuba fue socorrida por los Estados Unidos durante la guerra independentista y las dos columnas idénticas, encima de los cañones y cadenas, situadas en el Maine al ocurrir la explosión, aluden a la igualdad de las dos naciones, desde la soberanía, mientras que el águila que coronaba el monumento parecía indicar por su pose que emprendería el vuelo hacia su hogar norteño.
Varias frases en inglés y español se leían en diferentes tarjas. En una rezaba "A las víctimas del Maine. El Pueblo de Cuba" y otra afirmaba "Joint Resolution: The people of the Island of Cuba are and right ought to be Free and Independent. Congress of the United States of America" (Resolución Unánime: El pueblo de Cuba es y tiene el deber de ser libre e independiente. Congreso de los Estados Unidos de América).
Contenía igualmente bajorrelieves que representaban al acorazado situado de frente al Castillo de los Tres Reyes del Morro y otro donde se le observaba hundiéndose tras la explosión, así como una tarja de bronce en la que se leen los nombres de cada una de las víctimas del lamentable suceso.
Luego del Triunfo de la Revolución Cubana de 1959, se retiraron el águila y las estatuas de los políticos estadounidenses y se incorporó el siguiente texto:
"A las víctimas de El Maine que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de apoderarse de la isla de Cuba. Febrero 1898-Febrero 1961".
Existen otros monumentos en conmemoración de este hecho dentro de los Estados Unidos: en Nueva York, Cayo Hueso, Florida, Arlington y Annapolis.
El de La Habana, justo frente al popular muro del Malecón llama poderosamente la atención, quienes deambulan por sus alrededores seguramente se verán tentados a descubrir qué significa este colosal monumento y terminarán yendo hacia él, incluso bajo el fuerte y perenne sol que incide durante todo el día en esta hermosa parte de la Ciudad Maravilla del Mundo Moderno.