Cinco muy populares estatuas cubanas de bronce que tienen un mismo autor
Y es que no puede verse alguna de estas magníficas esculturas del destacado escultor cubano, José Ramón Villa Soberón, sin que queden presas en tu memoria y vuelvan con total nitidez cuando tan solo las oyes mencionar.
Es muy difícil que no las hayas visto, porque han sido tema reiterado en trabajos periodísticos publicados en todos los medios audiovisuales y digitales. Tal vez la pista de que se encuentran en las ciudades de La Habana, Capital de Cuba, o la ciudad de Cienfuegos, La Perla del Sur, te ayuden a identificar algunas.
Pues sin más preámbulo te diremos que la primera de ellas fue creada en 1999. Se trata de la escultura de la madre Teresa de Calcuta, ubicada en el jardín homónimo que ocupa toda la porción posterior de la Basílica menor del Convento de San Francisco de Asís, situado en la plaza de igual nombre, frente a la avenida del Puerto, en la Habana Vieja, Centro Histórico de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En este acogedor y pacífico lugar, la venerada santa de bronce llama la atención del visitante en un espacio discreto del jardín, donde se le divisa vistiendo su habitual traje religioso, leyendo un libro sentada en sobre una roca.
La segunda fue esculpida en el 2000, se titula: Monumento a “John Lennon” y se localiza en el céntrico parque ubicado en las calles 15 y 8, en el barrio del Vedado, también en la capital, mirando hacia un costado, y una placa con la caligrafía del músico inglés que contiene el fragmento de la canción Imagine: "Dirás que soy un soñador, pero no soy el único".
Suele verse la figura a tamaño natural de Lennon, con un acabado naturalista, sentado en un banco y mirando un costado, acompañada de transeúntes que se fotografían, comparten simplemente el banco con él o incluso le hablan. En más de una ocasión se han sustraídos sus espejuelos y ya ese espacio público es llamado por los habaneros, el Parque John Lennon.
La más famosa de todas se fundió en 2001: la de “El Caballero de París”, también situada en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, solo que enfrente, esperando porque cada transeúnte toque su dedo o barba y los pula porque se dice que ese acto “da suerte”. Así que no solo constituye otra magnífica obra de arte que admirar, sino que la obra generó una nueva tradición.
En 2003 nació otra que fue ubicada en uno de los lugares más famosos de Cuba, el Bar Restaurant Floridita. Se trata de la réplica de uno de los escritores más conocidos de nuestro tiempo, el estadounidense premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway. De quien se dice que fue el que le dio al lugar reconocimiento mundial, pues era visitante habitual.
Un año después vio la luz otra que adorna el Paseo del Prado de Cienfuegos: la de Benny Moré, el “Bárbaro del Ritmo”. Uno de más geniales y trascendentales músicos populares cubanos de todos los tiempos. Casi cuesta trabajo entender cuando se la observa, cómo es que no se ha movido de lugar si es que está caminando con su andar seguro y bohemio.