Descubre el trozo de Cuba que fue alemán
En el año 1972, los ciudadanos de la República Democrática Alemana se las prometían felices. En junio de ese año, el entonces presidente de la RDA esperaba en el aeropuerto de Berlín-Schönefeld a Fidel Castro. A su llegada, tras los saludos oficiales, el comité de recepción cantó canciones cubanas y entregaron a Castro unas flores.
Cuenta el periódico alemán Spiegel que ante aquella agradecida recepción, Fidel Castro sacó un mapa, lo extendió, señaló una pequeña isla junto a la bahía de Cochinos y se la regaló a los alemanes. A partir de ahora, dijo el dirigente cubano, la isla se llamará Cayo Ernest Thaelmann, en honor al antiguo líder del Partido Comunista de Alemania, apresado y ejecutado por el nazismo en 1944.
Castro y Honecker firmaron el acuerdo de cesión y, al día siguiente, las autoridades de Alemania Oriental anunciaron la "inviolable amistad entre Cuba y la RDA".
Dos meses más tarde, el embajador de la RDA en Cuba inauguró un busto de cuatro metros de altura del dirigente comunista en la nueva isla alemana, frente al mar. Actualmente el busto no existe, quedó destrozado tras el paso del huracán Mitch en 1998.
Algunos medios indican que la República Democrática Alemana planificó convertir la isla en un centro turístico para viajeros de la Alemania Oriental, pero tal y como publicó el periódico alemán Spiegel 40 años después de esta donación, en aquél momento los alemanes ni siquiera podían permitirse un desplazamiento a Hungría. Así que mucho menos al Caribe.
Acuerdo sin firma
El 12 de septiembre de 1990, la URSS, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y las dos Alemanias, firmaron las bases para la reunificación del país. En aquél documento no se menciona la isla Ernest Thaelmann y nadie volvió a hablar de ello hasta el año 2001.
Entonces, la revista alemana 'Thema1' dio con un antiguo recorte de prensa donde se mencionaba la isla. Eufóricos, pensaron que Alemania poseía una isla en el Caribe, pero nada más lejos de la realidad. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania les comunicó que tras el anuncio de Fidel Castro no hubo transferencia oficial, que simplemente se trató de un acto simbólico.
Por tanto, la isla siempre perteneció a Cuba. Forma parte de una zona de exclusión militar y nadie puede viajar a ella sin permiso. Unos periodistas alemanes que investigaban el tema quisieron llegar a ella pero el Gobierno cubano denegó la petición.
Un grupo de ciudadanos alemanes trataron de "recuperar" la isla iniciando un proceso de compra de los terrenos, pero nadie se atrevió a invertir en un proyecto que no tenía ninguna seguridad jurídica ni oficial.
Aunque se las prometían felices, Alemania sigue sin isla caribeña. Quién sabe cómo habría cambiado Cuba con una isla dirigida por germanos en la Bahía de Cochinos.