Conoce "La Finca Vigía", la casa de Ernest Hemingway en Cuba
A 15 kilómetros del centro de La Habana, Capital de Cuba, se encuentra la Finca Vigía, que fuera el lugar de residencia del escritor norteamericano Ernest Hemingway en Cuba desde 1940 hasta 1960, donde radica hoy el museo que lleva su nombre, fundado en 1962 y ubicado en el barrio de San Francisco de Paula.
La Casa Museo Ernest Hemingway, que recibió en 2007 el Premio Nacional de Restauración, constituye la primera institución surgida para dar a conocer al mundo la vida de este gran novelista, ganador en 1954 del Premio Nobel de Literatura. Es un lugar acogedor, con una extensión de entre 4 y 6 hectáreas, una vegetación tropical abundante de alrededor de 517 plantas donde se incluyen árboles de mango, pinos, palmeras y otros. La propiedad engloba además de la residencia, una torre de tres pisos, el bungalow, la piscina y el hermoso yate Pilar.
En Finca Vigía creó el novelista sus más grandes obras. Aquí terminó Por Quién Doblan las Campanas, novela sobre la Guerra Civil Española que el escritor había cubierto como periodista, junto a su tercera esposa Marta Gellhorn a finales década del 1930. Se dice que la comenzó en el Hotel Ambos Mundos, situado en la calle Obispo, en La Habana Vieja, Centro Histórico de la capital cubana.
También en la “Finca” escribió El Viejo y el Mar, Islas en el Golfo, París era una Fiesta, entre otras, además de muchos artículos para la prensa. Justamente mientras vivía en esta propiedad habanera, le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.
Fue Martha, quien supo de la existencia de Finca Vigía en un periódico y convenció a Hemingway de comprarla. Se mudaron allí a mediados de 1939. Marta y Hemingway se divorciaron en 1945 y el escritor conservó la finca. Luego se casó con su última esposa Mary Welsh con quien solía vivir aquí durante el invierno. A cargo de esta estuvo la decoración y reestructuración del hogar.
El lugar está rodeado de terrazas que hacen posible la comunicación entre las distintas áreas de la residencia .Desde la que está ubicada en la parte trasera y la torre adyacente pueden apreciarse magníficas vistas de La Habana. Pues la propiedad se halla sobre una colina, en la cual radicaba un punto de vigilancia del ejército español en el siglo XIX, al cual le debe su nombre.
El terreno en 1887 pasó a manos de Miguel Pascual Baguer, arquitecto catalán y maestro de obras quien construyó una la ventilada y espaciosa casa en la que residió hasta 1903 con su familia. Tuvo varios dueños antes de ser adquirida por los Hemingway.
La torre fue construida por iniciativa de Mary en 1947. Tiene una altura de 12 metros y tres pisos. En el primero vivían los más de 50 gatos que residían en la finca. Hoy es una sala de exposiciones transitorias, que incluye obras de pintores que se inspiran en la vida del Premio Nobel. En el segundo piso se guardan los instrumentos de caza, pesca y otros. Hay una sala dedicada al Hemingway pescador. En el bungalow, por otro lado, se hospedaban sus hijos cuando visitaban Cuba. También albergó a la joven condesa italiana Adriana Ivancich a quien el autor llevó a su novela A través del Río, en el personaje de Renata.
Pero la gran atracción es el yate Pilar, construido por la compañía Wheeler Shipyard de Boston. De Roble americano, proa estrecha y popa espaciosa. Muchas veces salió en él al mar y se inspiró allí para crear algunas de sus grandes novelas como Adiós a las Armas, Las Nieves del Kilimanjaro, entre otras.
La casa, que estaba en peligro de colapsar según la US National Trust for Historic Preservation, fue restaurada por el gobierno cubano y reabierta al turismo en 2007.Sin embargo han surgido disputas sobre las condiciones del inmueble y su contenido, aún cuando varios investigadores que lo han visitado han aportado argumentos consistentes, las autoridades del país mantienen responsablemente todas las instalaciones del museo.
En la actualidad es auspiciado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural que con la colaboración del Consejo de Investigación de las Ciencias Sociales, trabaja en la digitalización y recuperación de los folletos, misivas y libros que atesora.
Los visitantes extranjeros más asiduos son los norteamericanos, interesados en conocer sobre cada detalle de la vida de en Cuba de uno de sus más notables escritores: su poltrona preferida donde se echaba a leer en la sala principal, su tocadiscos que aún funciona.
Los trofeos de caza que decoran el comedor, semejante a una taberna española; la biblioteca con más de 9000 ejemplares donde figuran las obras completas de Honoré de Balzac, Benito Pérez Galdós, Mark Twain; su lugar de trabajo, el estudio que más parece el museo de los objetos traídos de los viajes que hizo.
Cada pieza y espacio de esta casa cuenta algún valioso detalle de la existencia de uno de los más grandes escritores de todos los tiempos y la influencia que en él ejerció su vida esta pequeña Isla, donde creó algunas de sus más valiosas joyas literarias.