La Ermita de Monserrate de Matanzas, el rescate de una joya patrimonial
La Ermita de Monserrate es una hermosa construcción de estilo neoclásico y gran valor patrimonial, ubicado en una elevación conocida como las Alturas de Simpson a un kilómetro y medio de la bella ciudad de Matanzas, perteneciente a la provincia homónima en la región occidental de Cuba.
Justo al final de la calle 306 se erige la encantadora edificación que está muy ligada a la identidad matancera, constituye una joya de la arquitectura colonial y fue uno de los oratorios principales del siglo XIX, desde donde es posible apreciar magníficas vistas del espectacular Valle del Yumurí y de la urbe, también denominada La Atenas de Cuba.
Fue construida por la Sociedad Catalana cuyos miembros apenas representaban el 8,4 por ciento de los pobladores de origen español en Matanzas pero eran muy emprendedores, fue dedicada a la Virgen de Montserrat o La Moreneta, Patrona de Cataluña y era lugar de peregrinación donde se celebraba la Fiesta de la Colla que llegó a reunir a diez mil personas.
A esta comunidad, según se dice, las alturas de Simpson, sobre todo la parte riesgosa y repleta de furnias que daba hacia la urbe les evocaban, según los historiadores, la increíble montaña de Montserrat de esa región española, donde se halla el santuario de la venerada santa.
La inauguración en de la ermita en 1875 dio inicio las citadas festividades religiosas que adquirieron una popularidad tal que llegaron a convertirse en una de las tradiciones españolas más conocidas en Cuba, la cuales trascendieron incluso las fronteras de la isla.
El protagonismo cultural y social de estas celebraciones y la fama de la encantadora ermita, terminaron por cambiarle el nombre a las alturas de Simpson —que titularon el primer danzón cubano que compuso Miguel Faílde—, por el de alturas de Monserrate. En dichas fiestas se bailaban desde este y otros géneros nacionales, hasta el pasodoble.
Dentro del templo, donde se rinde homenaje a Cuba y a Cataluña, se halla la imagen que lo rige, tallada en boj por Juan Roig Soler. Su tamaño es similar al de la Virgen del Monasterio de Cataluña. Se dice que el gran poeta español Federico García Lorca estuvo en esta iglesia matancera.
La decadencia de las verbenas comenzó en 1940 y en la década del 50 dejaron de ser oficiales. En el 59 ya no se celebraban. A partir del año 1981, en cambio, se retomaron como una de las actividades conmemorativas de la semana de la cultura.
Gracias a varios reclamos de los cuales se hicieron eco los medios de prensa locales, que pedían la restitución de las desaparecidas estatuas que representaban a las provincias catalanas: Lérida, Barcelona, Tarragona y Gerona, se implicó a varios escultores quienes se inspiraron en fotos de las originales e hicieron que estas obras volviesen al lugar que ocuparon en 1886.
También el gobierno provincial se involucró y con el financiamiento de la corporación Cimex, recuperó el emblemático sitio y su entorno. Hoy es un complejo turístico-cultural que cuenta con un nuevo mirador para observar el hermoso Valle de Yumurí y la ciudad de Matanzas; así como con variadas ofertas de bebidas y comida criolla en el ranchón ubicado allí.
Interpretaciones en vivo de danzas, danzones y danzonetes, por tríos, jóvenes músicos y un órgano que rememoran la Fiesta de la Colla, el toque de la campana en lo más alto de la Ermita para, según la leyenda, atraer la buena suerte y el disfrute de este espectacular sitio en su conjunto son el regalo que el rescate de esta joya patrimonial entrega hoy a sus visitantes.
Foto de portada: Cortesía de TV Yumuri