Parque Martí, entre los más bellos de Cuba
Una admirable explanada colmada de encantos que constituye el corazón de la ciudad de Cienfuegos.
Entre las ciudades de la isla de Cuba que todo visitante debiera conocer se encuentra La Perla del Sur, único enclave de la ínsula, fundado por franceses. La antigua Fernandina de Jagua, hoy Cienfuegos, se encuentra a 240 kilómetros de La Habana, y tal es su gracia que, a pesar de ser muy joven, ostenta orgullosa la condición de Patrimonio Cultural de La Humanidad.
Si bien sería ardua la tarea de encontrar el espacio de mayores encantos en esta ciudad bañada de mar, es su centro histórico, el Parque José Martí es el sitio que con mayor fidelidad identifica a esta preciosa ciudad cubana. Por sus evidentes encantos, este Monumento Nacional constituye parada obligatoria de todo el que visita Cienfuegos.
Precisamente, el espacio donde se encuentra el Parque José Martí fue el punto de partida desde donde se comenzó el trazado urbano de la ciudad, en el año 1819, y ello determinó que en su entorno se ubicaran los principales edificios administrativos, de gobierno y ocio en la villa.
Emplazado en las calles San Carlos y San Fernando, entre Bouyón y Santa Isabel, desde inicios del siglo XIX, este lugar ya era el centro principal de la ciudad. En su centro se erigió una estatua de la Reyna Isabel Segunda, de España, lo cual le valió uno de sus primeros apelativos.
Al terminarse de construir en el año 1850, fungió como antigua Plaza de Armas y tuvo otros nombres, hasta que ya con la instauración de la República de Cuba adoptaría el definitivo, que honra al Héroe Nacional, uno de los líderes más destacados en la independencia contra el colonialismo español.
Ya para 1906 fue erigido un complejo escultural del artista italiano Giovanni Nicolini, que constituye el zénit de la plaza. En mármol blanco y con una base cuadrada de cuatro pilastras más pequeñas de forma escalonada, cuenta con una figura femenina que representa la naciente República.
Tras de ella, en un pedestal aún mayor y decorado con el escudo de la patria, se eleva la figura del Apóstol con su mano derecha apuntando hacia adelante. A su vera se encuentra un asta donde ondea la Bandera de la Estrella Solitaria, nuestra enseña nacional, y también una palma real, símbolo de la nacionalidad cubana. Nutridas arboledas, y vistosos jardines rodean la plaza, que además dispone de una exquisita glorieta de estilo neoclásico, lámparas y bancos que armonizan perfectamente con el entorno.
Entre sus principales atractivos se encuentran dos leones de mármol blanco que flanquean la entrada del parque, y son sus esculturas originarias, emplazadas desde los tiempos de la colonia, específicamente en 1865. Luego se verían acompañadas de otros bustos y monumentos dedicados a figuras destacadas de la cultura e historia en la provincia.
Otro de los símbolos más llamativos del parque, y que habla del vínculo estrecho con los fundadores franceses, es el Arco del Trabajo, único de su tipo en Cuba, e inspirado en el Arco del Triunfo de París. Se trata de un peculiar elemento arquitectónico que recuerda el valor del trabajo como fuente de toda felicidad humana.
Si bien la explanada de por sí sola rutila con sus encantos, en torno suyo encontramos las principales edificaciones políticas, administrativas y sociales de la ciudad. Entre ellas destacan el Teatro Tomás Terry, la Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción y el antiguo Colegio San Lorenzo.
En el otro extremo se encuentra el Palacio de Ferrer, que ofrece admirables vistas áreas del parque Martí y la ciudad en general. También la Casa de Cultura Benjamín Duarte, y El Palatino, acompañados del Museo Provincial de Historia, el antiguo Casino Español y, por último, nos acercamos al antiguo Ayuntamiento de la ciudad, hoy Palacio del Gobierno Provincial.
Decorado con árboles y arbustos, bien pavimentado y con amplios bancos para sentarse, este constituye uno de los parques más bellos del país. Un lugar de obligada visita para todo aquel que arribe a la Perla del Sur.
