La Plaza de la Merced, un paraje mágico en el centro de Camagüey
Descubre los indudables encantos de este sitio ubicado en el corazón de una de las primeras villas españolas en el “nuevo mundo”.
Formando un triángulo en el centro mismo de la legendaria ciudad de Camagüey, se encuentra una de las explanadas más cautivantes de toda la isla de Cuba. Aunque renombrada como Plaza de los Trabajadores, los lugareños le llaman indistintamente Plaza de la Merced o de Las Chismosas, a partir de las sugerentes esculturas que la distinguen.
Camagüey, cuarta villa fundada por los españoles en Cuba bajo el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe, y cuyo centro histórico hoy constituye Patrimonio Cultural de la Humanidad, se encuentra al este de la isla y a 536 kilómetros de La Habana, siendo la segunda ciudad más grande de la isla en cuanto a la extensión de su trazado urbano.
La también conocida como Ciudad de los Tinajones, por la abundancia de tinajas de barro que por siglos han distinguido a la urbe, dispone de uno de los conjuntos urbanísticos más armónicos y bellos del país. Se distingue por sus calles con estructura de “plato roto” a partir de su notable irregularidad, y también por la profusión de iglesias católicas con que cuenta la ciudad.
Frente a una de esos templos, la Iglesia Convento de Nuestra Señora de la Merced, se encuentra una de las tres primeras plazas de la antigua villa principeña, erigida precisamente con la finalidad de darle realce y prestancia a esa capilla erigida por la Orden de los Mercedarios en 1749.
Desde ese momento los lugareños identificaron por asociación al lugar como Plaza de la Merced, tal y como era costumbre entre los colonizadores ibéricos de construir una explanada justo en frente de las iglesias, y darle el nombre de dicho templo.
Sin embargo, ya con el triunfo de la revolución específicamente a partir de 1960 se comenzaron a efectuar actividades públicas, sindicales y comerciales, que hicieron que institucionalmente se rebautizara por el gobierno como Plaza de Los Trabajadores.
La plazoleta dispone de un bello entorno de indudables atractivos arquitectónicos, culturales e históricos, que le confieren una inaudita belleza a los ojos del visitante que hasta aquí llega.
Llaman sobre todo la atención las esculturas de bronce emplazadas en diferentes ángulos. Alegorías de antiguos oficios o costumbres de la vetusta villa, como es el pregonero con su carreta, el viejo que vende periódicos, o aquellas dos amigas que se cuchichean los chismes de la comarca.
Se trata de uno de los espacios más concurridos de la urbe, y considerado de alguna manera como el corazón de la añosa ciudad. En las inmediaciones de una ceiba rodeada por una valla de hierro, que se encuentra en su centro, cada año se desarrolla importantes eventos y festejos, tanto de carácter cultural como religioso.
Igualmente, en su perímetro se encuentran edificaciones de gran valor arquitectónico como es la otrora sede de la Sociedad de Instrucción y Recreo Santa Cecilia, y que hoy acoge el Centro de Convenciones y la Casa Provincial de Cultura de Camagüey.
También en el perímetro de la plaza de los trabajadores se encuentra uno de los lugares más queridos por el pueblo, el Museo Casa Natal de Ignacio Agramonte, una antigua morada del siglo XVIII que atesora objetos de gran valor vinculados a la existencia de uno de los más ilustres patriotas independentistas cubanos.
En las inmediaciones de la plaza se encuentran además las sedes de las emisoras Radio Cadena Agramonte y Radio Camagüey, la oficina central de Correos de Cuba, y una sucursal del Banco de Crédito y Comercio, junto a algunos centros de interés comercial.
Muy cerca el visitante encontrará sitios de indudable atractivo cultural y recreativo como son el Gran Hotel de la cadena Encanto, el Bodegón de Don Cayetano y el bellísimo Teatro Principal de Camagüey, que constituye uno de los más emblemáticos del siglo XIX en Cuba.
Por muchísimos años la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey se ha esmerado en la conservación y cuidado de los valores patrimoniales de la villa, y ese esfuerzo permite hoy al visitante deleitarse con una ciudad de indudable belleza, cuyo centro histórico, y en particular su Plaza de La Merced, forman parte del patrimonio cultural de La Humanidad.