El Tomás Acea ¿un cementerio o un jardín?
¿Puede un cementerio considerarse un lugar hermoso? Por supuesto que sí. Por encima del dolor que genera la perdida de un ser querido, son muchos los ejemplos que fundamentan tal aseveración. La última morada de los hombres puede ser también un espacio de real belleza.
En Cuba es fácil ilustrar esa idea con ejemplares increíbles, como es la Necrópolis de Colón, en La Habana o Santa Ifigenia en Santiago de Cuba. Pero uno de los cementerios donde de manera más sorprendente se combinan el arte y la belleza funeraria es en el cementerio Tomás Acea.
Situado en las afueras de la ciudad de Cienfuegos, y a 240 kilómetros de la capital del país, este camposanto es considerado por muchos como el único cementerio jardín que existe en toda Cuba. Fue declarado Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978, a partir de sus valores artísticos, arquitectónicos, históricos y ambientales.
Lo primero que nos llama poderosamente la atención es el portón del lugar, un enorme pabellón neoclásico de 1926, que está flanqueado por 64 columnas dóricas que imitan el Partenón Griego de Atenas. No existe un lugar en Cuba con tanta magnificencia y solemnidad.
A continuación, el recinto ocupa un área total de 18 hectáreas y está dividido en diferentes secciones conectadas por paseos interiores con diversas especies de árboles que dan nombre precisamente a cada una de las zonas mercedadas.
Y es que toda la vegetación se plantó en sectores que delimitan las áreas aprovechando las ondulaciones del terreno, y de manera tal que las avenidas pobladas de árboles frutales y ornamentales llevan los nombres de estos, por ejemplo: avenida de Los pinos, Los Cedros, Las Palmas, Los Robes o Los Álamos, por ejemplo.
En el Cementerio Tomás Acea descansan personalidades de la historia, la cultura, las ciencias de la localidad y se destaca desde el exterior por su impresionante fachada del edificio central, que es expresión elocuente de la arquitectura del período republicano en la Isla.
Son muchos los monumentos funerarios de gran valor cultural aquí, y entre ellos destacan los de familias encumbradas y artistas famosos de la localidad como lo es el de Luisa Martínez Casado, una admirable actriz; el dedicado a los Veteranos de la Guerra de Independencia; y el Mausoleo dedicado a los mártires del 5 de septiembre de 1957, marinos y civiles sublevados contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Igualmente destacable es el monumento a los lugareños que dieron la vida en países africanos s en el cumplimiento de misiones internacionalistas.
Espacio de gran importancia es el obelisco erigido a la memoria de Otro Juan Louis Lorenzo De Clouet, fundador de la antigua Villa Fernandina de Jagua en 1819, actual ciudad de Cienfuegos.
El nacimiento de esta joya monumentaria cubana se debe a Nicolás Acea de los Ríos, uno de los acaudalados benefactores de Cienfuegos, quien dotó a la ciudad de increíbles obras benéficas como el colegio San Lorenzo.
Si bien el camposanto fue construido para los pobres, hay todo un derroche de esculturas monumentales hechas con mármol de Carrara, que hablan de la opulencia de los burgueses de la época fundacional. Y es que fue tan acertada su construcción, como cementerio-jardín inspirado en necrópolis estadounidenses y europeas, con mausoleos que armonizan con el paisaje, que los acaudalados hicieron suya la parte elevada de la colina en un inicio, hasta apropiarse por completo del lugar.
Lo cierto es que si de arte funerario se trata, Cuba tiene mucho que aportar, al igual que otros países como Francia, España, Londres o Argentina. La necrópolis de Colón y el Cementerio de Santa Ifigenia, son excelentes referencias también, y por ello miles de visitantes acuden cada año para visitarlos.
No obstante Cienfuegos es afortunado pues el Cementerio Reina es otro de esos monumentos nacionales, dados sus indiscutibles valores patrimoniales. Al igual que el Tomás Acea, son de esos sitios de imprescindible visita cuando llegamos a La perla del Sur.