Un dulce museo en el corazón de La Habana
El más dulce de los museos de La Habana, el del Chocolate, se encuentra en la antigua Casa de la Cruz Verde, en Amargura y Mercaderes, en el Centro Histórico de la Habana Vieja.
Dicha institución abrió sus puertas en noviembre de 2003, como un proyecto de cooperación entre Cuba y el Reino de Bélgica.
Pensada a partir del Museo de la Plaza Real de Bruselas, la casa del chocolate tiene sus paredes cubiertas por grandes paneles que reflejan la historia del cacao, elemento base para elaborar el chocolate, contándonos de su cultivo, producción y formas de comercialización.
Los documentos que se atesoran explican que fue en el mercado de Tenochtitlán donde Hernán Cortés y los españoles encontraron las primeras semillas del cacao usadas por los aztecas y otras civilizaciones como monedas de cambio, además, de ofrecerlo a sus deidades y beberlo en sus rituales.
La deliciosa semilla fue llevada a otras latitudes y así pasó a ser uno de los manjares más gustados y codiciados por notables figuras de todas las épocas y naciones.
Precisamente las paredes del Museo nos cuentan de las variedades de cacao que se cultivan en la isla, las primigenias fábricas de chocolate que tuvo Cuba y se relatan anécdotas vinculadas con este alimento preferido de muchos.
En este pequeño espacio que ocupa la institución podemos recrear nuestra vista con una inusual colección de tazas chocolateras de porcelana europea.
Igualmente nos llama la atención la taza bigotera francesa, donde los caballeros de la época podían disfrutar del chocolate sin el inconveniente de meter los bigotes.
Junto a la porcelana europea se exhibe también una variopinta colección de chocolateras de cerámica ordinaria, cazuelas, cántaros y tazones de loza inglesa, hallados en excavaciones arqueológicas del Centro Histórico de la Habana Vieja.
Hoy en día, el chocolate es conocido en todo el mundo y no solo en La Habana se le dedica un Museo a este alimento o bebida exótica. Se destacan el de Colonia, en Alemania; el Choco-Musée Érico de Québec; el Wilbur Chocolate Candy American Museum; el Museu de la Xocolata de Barcelona; el Museo del Cacao y Chocolate de Bruselas y el Alprose Museum de Suiza, entre otros.
Por su parte el nuestro: La Casa Habanera del Chocolate estimula todos los sentidos, pues no sólo se puede recrear la vista o la imaginación con los objetos que allí se exhiben, también es posible disfrutar de deliciosos chocolates a su gusto.