El Cabaret Copa Room volverá a ser uno de los más glamorosos centros nocturnos de La Habana
El Cabaret Copa Room, situado en el emblemático Hotel Riviera, en la calle Paseo entre Malecón y primera, del barrio El Vedado, en La Habana, Capital de Cuba, abrió sus puertas hace 60 años, en 1957, con una revista musical dirigida por Jack Cole en la que actuó la famosa bailarina y cantante estadounidense Virginia Katherine McMath: la famosa Ginger Rogers.
Desde ese momento el glamoroso centro nocturno acogió a célebres figuras del escenario cultural mundial de la época como es el caso de la soprano del Metropolitan Operan House, Jean Fen; Abbot y Maurice Costello los famosos comediantes y el cantante Vic Damonte.
Y no era de extrañar que algunas de las más relevantes personajes del ámbito artístico del mundo se decidieran a actuar en el Copa Room, pues el Riviera, propiedad del connotado mafioso judío estadounidense Meyer Lansky, era uno de los hoteles más elegantes, modernos y atractivos de la Cuba de finales de la década del cincuenta y el preferido de la alta sociedad.
Sus salones han sido visitados por grandes personalidades como Alain Delon (actor francés), los boxeadores Rocky Marciano (EEUU) y Kid Chocolate (Cuba); el popular cuarteto cubano Las D’Aida, el gran pianista Chucho Valdés, la famosa bailarina y coreógrafa Alicia Alonso, el maestro músico Leo Brouwer y otros grandes.
Pasó a llamarse Palacio de la Salsa desde 1990, año en el cual comenzaron a presentarse aquí las más importantes agrupaciones salseras cubanas como el grupo NG la Banda y José Luis Cortés, Issac Delgado, David Calzado y La Charanga Habanera, Manolín, El Médico de la Salsa entre muchos otros.
El show por su parte estuvo siempre entre los más coloridos y gustados de la ciudad. Incluía un cuerpo de baile, una banda que ofrecía música en vivo, un DJ y un trago de bienvenida.
En la actualidad el Copa Room se encuentra en reparación, al igual que varias partes del Riviera pero se espera que muy pronto abra sus puertas renovado y retome su lugar como uno de los dueños indiscutibles de la noche habanera.