El Tomeguín del Pinar: todo lo que no sabes sobre esta atractiva avecilla cubana
El bello Tomeguín del Pinar, Tiaris canorus, es una atractiva avecilla endémica de Cuba, perteneciente a la familia Thraupidae, que solo existe en pinares y hace su nido en arbustos espinosos.
Su nombre científico tiene un curioso significado asociado a su apariencia, Tiaris significa "con ornamento en la cabeza" y canorus, que canta. Pero no solo se le conoce por Tomeguín del Pinar, en la zona oriental de la isla se le llama Senserenico, en inglés se le denomina Cuban grassquit y en Espana lo llaman Yerbero de Cuba.
Se trata de una pequeña ave de unos once centímetros. El dorso del macho exhibe un oscuro color verde-olivo, el vértice de la cabeza es gris, el pico negro y se hace rodear de una máscara de igual color que cubre la garganta y sus ojos castaño oscuro. Desde arriba de estos y hasta el pecho muestran su más bello atributo que los diferencia de otros tomeguines: un hermoso collarín amarillo.
Debajo de este singular adorno natural, se observa una gran mancha negra en el pecho. Las patas son de este mismo color en los machos y rojizas en las hembras, el vientre tiende a ser de un gris parduzco en ambos. El sexo femenino exhibe un collarín menos extenso.
Fuera de la época de apareamiento se agrupan en pequeñas bandas familiares y buscan el alimento: semillas, gramíneas, insectos, frutas entre otros. Mientras que en temporada de cría se fortalece al unión de las parejas. Los machos desatan sus celos y pelean unos con otros por su territorio.
Los tomeguines del pinar hacen nido casi todo el año, paran únicamente cuando se encuentran en muda que es su época de descanso. El nido es globular, la entrada a este es por la parte superior y resulta grande con respecto a las dimensiones del ave, lo construyen de fibras, pajas y raíces finas y revisten el interior con pelos y materiales mullidos. Prefieren formarlos sobre arbustos o árboles espinosos.
Ponen de dos a tres huevos por lo general, cuyo tamaño es de 1,6 por 1,2 centímetros.Son blancuzcos, con un ligero tono verde azul y tienen manchas moradas y pardas en la parte más ancha.
En la isla tienden a ser comúnmente capturados para enjaularlos. Por cada uno que consigue adaptarse a la vida en cautiverio mueren muchos. Los celos extremos de los machos se aprovechan para provocar peleas entre ellos como si fueran gallos. Esta especie fue exportada a Europa a mitad siglo XX.
Se ha conseguido reproducirlos en cautiverio utilizando jaulas de cría y grandes voladeras. Se recomienda en estos casos colocar una escoba de paja virada hacia arriba como nido.
A esta ave suele vésela normalmente en áreas naturales y raramente cerca de asentamientos humanos. Habita en sabanas, en los bordes de los bosques semicaducifolios, en pinares, matorrales de costa, en áreas agropecuarias y espesuras de malezas. Existió en la Isla de la Juventud pero ya desapareció de allí y fue introducida en las Bahamas.
En más de una ocasión han sido capturadas en las ciudades, cuando llegan a algunos patios y azoteas en compañía de los gorriones, pero en urbes grandes como La Habana, Capital de Cuba, se trata en realidad de ejemplares escapados de otras jaulas.
Es un ave muy popular y apreciada en Cuba.