Una cesta de oro en el corazón de Guamuhaya: el lago Hanabanilla
En el corazón mismo del macizo montañoso Guamuhaya, también conocido como Escambray, se unen el río Arimano, el Guanayara, el Negro y el Jibacoa para formar el embalse Hanabanilla, un espléndido lago artificial de sorprendente belleza, perteneciente al municipio Manicaragua en la central provincia cubana de Villa Clara, ubicada al este de La Habana, Capital de la Isla.
Los valores paisajísticos de esta región donde está enclavado el embalse son inefables y su nombre tiene un hermoso significado. El lenguaje aborígen quiere decir "pequeña cesta de oro" que pudiera ser una metáfora por la sobredogedora hermosura del paraje que conforman el lago y su entorno, pero hay una razón tal vez más poderosa y es que así se llamaba la princesa india hija del cacique que le da nombre uno de los ríos principales que alimenta al Hanabanilla: Arimao.
Lo cierto es que si hay un paraíso ideal para los amantes de la naturaleza, seguramente es este paraje con su espejo de agua de casi quince kilómetros cuadrados de extensión, una profundidad de entre 30 y 40 metros ubicado a una altitud de 364 y una capacidad de almacenamiento de alrededor de 300 millones de metros cúbicos.
Con todos estos privilegios naturales no es de extrañar que se desarrollen aquí programas de senderismo, alternativas para el turismo ecológico e incluso actividades náuticas.
El Hanabanilla constituye una preciada reserva forestal cubana dentro de las montañas del Escambray, la cual, además de su profusa vegetación cuenta con un delicioso microclima más fresco cuyas temperaturas oscilan entre los 21 y 25 grados Celsius.
Y los amantes de la observación de aves también estarán de plácemes pues les será posible deleitarse apreciando cotorras, tocororos, patos floridos y carpinteros, además de otras especies endémicas de la región, como el sorprendente sapo del Hanabanilla.
Pero eso no es todo, una de las actividades más atractivas para los visitantes es la pesca de la trucha, especialmente la variante denominada "marca y libera" en la que, como el nombre lo indica, se deja libre al ejemplar luego de ser pescado.
Las alternativas de deleite continúan e incluyen el sendero de El Nicho, que se despliega junto al cause alto del río Hanabanilla, en el cual se suceden varios saltos de agua en magnífico espectáculo que convierten a ese lugar en uno de los más bellos y apreciados de la geografía cubana.
Por si necesitas un sitio para pernoctar en la zona, está el hotel Hanabanilla y también te será posible realizar viajes por el río Negro, degustar comida típica en el ranchón y visitar la Cascada del Amor.