Guanaroca, una laguna surgida de lágrimas
Justamente al sudeste de la entrañable bahía de Cienfuegos, se extiende una laguna en la que vierte parte de sus aguas el río Arimao. Precisamente allí se ha conformado un ecosistema de más de 6 mil especies de la flora y la fauna que convierten el lugar en un destino privilegiado para el ecoturismo.
Se estima que unos tres mil quinientos turistas visitan anualmente dicha Laguna, cuyo entorno comprende la única área protegida de la provincia cienfueguera, y es un espacio que dispone de alrededor de 170 variedades de aves; de estas ocho endémicas, entre las que resaltan la cartacuba, el tomeguín del pinar y el tocororo, que es la Ave Nacional de Cuba.
Acerca del origen de su nombre se cuenta la leyenda de una hermosa mujer nombrada Guanaroca, a quien los celos paternos le asesinaron al primer hijo. A causa del dolor de la joven india, que lloró tanto, que las lágrimas formaron los ríos, la bahía y la laguna de marras.
Igual de destacable es que en la laguna se encuentra el mayor criadero de camarones de Cienfuegos y es el lugar ideal para la observación de flamencos rosados, corúas marinas, pelícanos, alcatraces, patos de la Florida y los misteriosos manatíes.
Los miles de turistas llegan atraídos por la belleza del enclave, y en especial para poder avistar las bandadas de aves terrestres y acuáticas de gran endemismo y que se extienden a lo largo de un sendero turístico de mil quinientos metros de extensión, donde se puede, incluso, observar el anidamiento y reproducción de la avifauna propia del lugar.
Igualmente desde la torre mirador que se encuentra a mitad de camino, se observa la profusa vegetación, algunos cayuelos de la bahía de Jagua, y la renombrada Loma del Convento, un sitio aborigen vinculado a la colonización.
Otra opción bien atractiva es la de recorrer en bote todo el humedal, para conocer así sus marjales y los manglares que acogen sus costas. Los turistas son recibidos en grupos de hasta 17 personas diariamente, cifra óptima para no sobreexplotar el espacio y promover el cuidado de la flora y la fauna del lugar.
Por otro lado, la novedad de varios hallazgos arqueológicos, enriquecen el disfrute desde conocimiento de la historia regional y local que propician esas piezas halladas. Entre ellas destaca una gran cantidad de cerámicas coloniales del siglo XIX.
Hoy en la Laguna Guanaroca se lleva a cabo un proyecto de restauración de canales, que ayudará a eliminar los altos niveles de sedimentación que existen en este refugio de la fauna en la región del Caribe insular.
Se avanza en el incremento forestal de todo ese patrimonio geográfico, y ya fueron erigidas dos parcelas para la expansión de jutías e iguanas, una de las auténticas bendiciones de la naturaleza cubana, y que son oriundas del lugar.
También el desbroce que se lleva a cabo en los canales propicia el acceso más rápido del agua y contribuye a bajar de modo gradual la salinidad, un fenómeno ascendente en los últimos años, y cuyo virtual aumento podría repercutir en el abandono parcial de especies como el camarón, la lisa, la mojarra, el robalo o la tilapia.
Además de cuanto se hace para mejorar su imagen, lo cierto es que por su inquietante hermosura se trata de un sitio ideal para el ecoturismo, a través de un sendero donde se mezclan historias, leyendas y el profundo conocimiento del reino animal, desde la sombra que ofrecen las plantas maderables.