Guanahacabibes, un parque excepcional en la geografía cubana
El Parque Nacional de la península de Guanahacabibes declarada por la Unesco en 1987 Reserva de la Biosfera, se encuentra en el punto más Occidental del archipiélago cubano, en el Cabo de San Antonio, pertenece al municipio de Sandino en la provincia de Pinar del Río.
Este parque está conformado por dos penínsulas, la del Cabo de San Antonio y la de Corrientes, separadas por la ensenada de Cortés. Sus aguas desembocan al Golfo de México y son ricas en reservas de fauna, destacándose las langostas, camarones, moluscos y peces.
La península fue uno de los últimos refugios de los aborígenes que huyeron de los conquistadores españoles; de igual forma preserva alrededor de 140 sitios arqueológicos relacionados con la vida de estos aborígenes, conocidos en la zona como Guanahatabeyes.
Este gran parque nacional es una de las más grandes reservas naturales, y destaca por ser geológicamente diferente al resto de la geografía insular cubana, teniendo en el ecoturismo una alternativa económica realmente significativa.
Si bien casi todo en este paraje es natural existen algunas edificaciones. El parque dispone de una estación ecológica y el centro de turismo María la Gorda, ambos ubicados en La Bajada y Cabo Corrientes respectivamente.
Tanto estas estaciones como la población del lugar, velan por el cuidado y conservación del medio ambiente. Si de población hablamos, aquí es sumamente escasa, con una de las menores densidades poblacionales de la isla, sin llegar siquiera a los 40 habitantes por kilómetro cuadrado.
En las inmediaciones del parque se encuentra la comunidad «La Bajada», con unas 30 viviendas, una escuela, un consultorio médico y una bodega, y una población estimada de 93 personas.
Con sus bosques vírgenes, una flora y fauna abundante y diversa, Guanahacabibes es hogar del conocido zunzuncito o "pájaro mosca" el más pequeño de todo el mundo. Igualmente destacan numerosas poblaciones de cotorras, iguanas y cangrejos.
En total habitan 172 especies de aves pertenecientes a 43 familias, 12 de las cuales son endémicas y unas 80 son migratorias. Muy valiosos son además los arrecifes de coral que posee en sus costas.
Algunos estudiosos afirman que cuatro de las ocho especies de tortugas marinas que habitan el planeta han sobrevivido en Guanahacabibes, de modo que el lugar constituye un verdadero paraíso para estos reptiles.
Por sus valores naturales y rurales esta zona de la isla de Cuba constituye sin dudas uno de los principales atractivos para aquellos visitantes que llegan a Cuba en busca de disfrutar del ecoturismo en un paraje casi virgen.