Hanabanilla, naturaleza y leyenda
Aunque la raza aborigen cubana fue extinguida pocos años después de la llegada de los conquistadores españoles, muchos son los sitios y los vocablos asociados a ellos que trascendieron hasta nuestros días.
En el centro de la isla, exactamente en la provincia de Cienfuegos, municipio Cumanayagua, encontramos uno de ellos: un pintoresco y exuberante enclave conocido por el nombre de Hanabanilla que en lengua aborigen quería decir “pequeña cesta de oro”. Curiosamente en la zona nunca se ha descubierto un yacimiento del preciado mineral, lo cuál no quiere decir que no lo hubiera en vida de nuestros nativos, pero los historiadores creen que bien pudiera haber merecido tal nombre debido a los incomparables valores naturales que guarda.
Muchos coinciden en que más preciado valor de aquel lugar, y que también pudiera haber dado su nombre a la zona, era la joven princesa india Hanabanilla, hija del cacique Arimao, uno de los más respetados de toda la isla.
Según cuenta la leyenda la joven princesa acostumbraba a mirarse en el espejo de agua cristalina que constituye el embalse del río Hanabanilla, ubicado a 364 metros sobre el nivel del mar. Este embalse posee alimentación acuífera subterránea y su salto es uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza cubana.
Esta reserva forestal de Cuba, se ubica en el macizo montañoso del Escambray, y no solo se destaca por su increíble vegetación sino también por su microclima más fresco (21-25 grados Celsius, como promedio) y porque este lugar guarda a sus especies endémicas, como es el Sapo de Hanabanilla, que tiene allí su único hábitat.