Plaza de La Catedral de La Habana
La Plaza de la Catedral de La Habana, uno de los espacios públicos más notorios, frecuentados y fotografiados de la Capital de Cuba, escenario de importantes eventos culturales, religiosos y políticos, debe su nombre a la parroquial mayor y arquidiócesis de la urbe que se erige sobre sus adoquines, en La Habana Vieja, centro histórico de la que fue declarada en 2016 Ciudad Maravilla del Mundo.
Antes de la construcción de La Catedral, a inicios del siglo XVllI, se llamaba Plaza de la Ciénaga, porque una rama de la Zanja Real, primer acueducto de ciudad, desaguaba en una callejuela colindante: el Callejón del Chorro, en el cual ofrecen hoy sus deliciosos manjares, conocidos, auténticos y gustados restaurantes privados como el Doña Eutimia, famoso por los atractivos platos cubanos que salen del ingenio de su dueña, el original Esto no es un Café, y la dulcería Bianchini. También se encuentra allí el Taller de la Gráfica donde se realizan magníficos gravados.
Rodean la plaza las mansiones de la aristocracia habanera de hace más de doscientos años, como la Casa de Don Luis Chacón o Conde de Casa Bayona, 100 años más antigua que la Catedral, construida por Juan Sánchez Pereira y Gutiérrez, contador de la Real Hacienda y Regidor y remodelada en el siglo XVIII por el primer Conde de Casa-Bayona, Don José de Bayona y Chacón, quien fundó el pueblo de Santa María del Rosario. Luego de que la familia dejó de vivir en ella tuvo varios usos e inquilinos. En 1969 se creó en este inmueble el Museo de Arte Colonial.
Se suman la del primer Marqués de Aguas Claras, Don Antonio Ponce de León, erigida en 1775, una de las piezas arquitectónicas que más interés provoca en esta parte del centro histórico habanero. Hoy está ocupada por el conocido restaurante El Patio, el cual ofrece multitudinarias cenas los fines de año. Frente a este se halla la antigua residencia del Marqués de Arcos y su familia en cuyo poder estuvo hasta el siglo XIX esta otra joya de la arquitectura citadina, perteneciente al estilo barroco que posee dos fachadas, una por la plaza, con cinco columnas, en una de las cuales puede verse recostada la escultura del famoso bailarín flamenco Antonio Gades. La otra entrada se encuentra en la calle Mercaderes.
La siguiente mansión es El Palacio del Conde de Casa Lombillo, que ha tenido varios propietarios en sus 300 años de existencia, su entrada principal es por la calle Empedrado y tiene otras dos también por la plaza y Mercaderes.
Cerca de la célebre plazoleta adoquinada se ubica el mundialmente conocido Bar-Restaurante La Bodeguita del Medio cuyas paredes han sido firmadas por muchas personalidades famosas que han disfrutado allí de la música, el tabaco y el ron cubanos. Ocupa la misma esquina que la iglesia el Centro Wilfredo Lam, importante enclave cultural donde se realizan exposiciones plásticas y se organiza cada dos años la Bienal de La Habana, importante evento que esparce la actividad artística por toda la urbe. La antigua sede del Seminario San Carlos y San Ambrosio se ubica detrás de la catedral y frente a este hermoso edificio se divisa el Malecón. Otros lugares próximos son La Plaza de Armas, la Calle Obispo y el Palacio de Los Capitanes Generales.
Lo cierto es que en este antiguo pedazo de La Habana desemboca conservada la ciudad de hace tres siglos, junto a la nueva y cosmopolita, para ofrecer ambas las maravillas de su historia, su arquitectura, su cultura y su gente.
