María la Gorda, el paraíso doble del submarinismo y el ecoturismo
María la Gorda es un centro turístico comprometido con la conservación del medio ambiente, integrado por el Hotel y el Centro de Buceo Internacional (CBI) homónimos. Se encuentra en Cabo Corrientes, Península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera ubicada en la costa sur de la Provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba, localizada al oeste de La Habana, Capital del País.
Este magnífico paraje de la geografía nacional es una de las áreas mejor protegidas de la Isla y un verdadero paraíso doble: el de los amantes del submarinismo, por sus arrecifes coralinos de gran calidad y sus 60 espectaculares sitios de buceo, y también el de los que adoran el ecoturismo y encuentran aquí las exuberantes flora y faunas terrestres de una de las más grandes reservas forestales de Cuba.
El CBI promueve el buceo científico y contemplativo e imparte cursos internacionalmente reconocidos, posibles gracias al equipo de buzos con que cuenta, todos profesionales de muy alta calificación, que ofrecen entrenamiento y aseguramiento a los visitantes: turistas especializados, hombres de ciencia y otros interesados, de diferentes partes del mundo. Se practican igualmente la pesca deportiva, y otros deportes náuticos
Según los expertos, los fondos marinos de María la Gorda se ubican entre los 10 de América Latina más privilegiados, por la extraordinaria belleza de sus corales y su exuberante vida submarina en la que puede apreciarse una concentración de casi todas las especies marinas típicas del Mar Caribe. Durante las inmersiones es posible apreciar grandes formaciones de gorgonias, coral y otros especímenes sésiles, desde una profundidad de 5 metros. También crustáceos, moluscos, peces, algas, Fanerógamas, coral negro cubriendo la pared del canto del veril, lugar en el que se pueden admirar especies gigantes y hermosas como la Mantarralla. El ancho entre una y otra aleta de este majestuoso animal llega a alcanzar los dos metros y posee una larguísima cola. Otro llamativo ejemplar presente es la Morena Verde, de dos metros de longitud y que sale de noche únicamente, de modo que solo puede vérsele en secciones nocturnas de buceo.
En cuanto a los peces, habitan estas aguas el Carajuelo de arrecife, completamente rojo y con diminutos detalles blancos, la Cherna, el Mero, la Isabelina Reina en cuyo cuerpo se combinan el azul y el amarillo y posee brillantes parches de este último color y un punto negro en la cola, que sirve para distraer al enemigo. Los tiburones Toro, Nodriza gris, ambos inofensivos, suelen mostrarse en algunos sitios y se pueden observar, además, las tres especies de tortugas del Caribe: El carey, el Laúd y la Caguama que puede alcanzar un peso de 200 kilos, todas mansas.
El testimonio de buzos experimentados revela, además, la existencia de cuevas, túneles y restos de galeones españoles antiguos descubiertos en el descenso por las paredes verticales extensas que llevan a los nidos coralinos. Se dice que el territorio fue lugar de paso de piratas y testigo de sus peleas por quedarse los botines. Un pata de palo, El Holandés, le dio nombre a una de las puntas de la península de Guanahacabibes, la opuesta a Cabo Corrientes, precisamente. Se dice que tesoros de valor incalculable aún se hallan enterrados en estas tierras y que entre la población se encuentran algunos descendientes de familias de estos bucaneros.
El ecosistema terrestre también es de una riqueza extraordinaria. Los amantes del ecoturismo podrán deleitarse observando las magníficas especies florísticas, entre las cuales figuran la majagua, la caoba, jocuma, Cana Jata y otras endémicas que se integran a una de las más grandes reservas forestales de Cuba, que tal vez es la única selva virgen tropical de la isla. La manera en que esta se combina con la fauna de gran diversidad en la cual confluyen grandes iguanas de una mansedumbre asombrosa, loros salvajes, venados, entre ellos el cubano, jabalíes, cotorras y Cocodrilo de las Lagunas, constituye una de las mayores atracciones del lugar.
Son varias las historias que rodean al personaje que le da nombre. Una narra que se trató de una india venezolana, traída a la fuerza en un galeón pirata y violada por la tripulación; otra asegura que fue la hija de un capitán español que naufragó allí durante un huracán. Se afirma, por otra parte que era una filibustera, mujer de senos grandes, que traficaba comida y mujeres con los barcos piratas que se guarecían del mal tiempo en la zona o se llegaban allí para emboscar a los convoyes españoles de paso. Consta en documentos importantes del Archivo de Sevilla, España, que más de cien galeones se hundieron y yacen en estos fondos marinos.
Cuando has sabido de ese lugar paradisíaco y buscas un nuevo buen adjetivo para calificarlo, descubres que los mejores son insuficientes y que, definitivamente ya fueron dichos. Solo queda entonces, aventurarse a descubrirlo.