Qué hacer en Varadero después de la playa
Varadero es el icono turístico de Cuba por excelencia. Sus playas, el desarrollo de las infraestructuras hoteleras y la atención al visitante convirtieron esta pequeña zona en uno de los atractivos más demandados por el turista hace ya años.
Podríamos decir que Varadero es un resort en sí mismo, donde no importa nada más allá de la blanca arena y el agua cristalina.
Sin embargo, no todo el mundo ama ese estilo de vacaciones o puede llegar a cansarse. Por suerte, hay cientos de excursiones a otros lugares y La Habana no queda lejos por carretera. No obstante, Varadero ofrece otras opciones para descubrir cuando la playa cierra sus puertas, que hacen innecesario marcharse de este lugar.
En la calle principal de Varadero, en la Avenida Primera, en el centro de la zona hotelera hay un mercadillo con objetos hechos a mano y a buen precio. Es la perdición para quienes disfrutan de lugares llenos de pinturas, obras de arte, tallas de madera, billeteras de cuero, etc. Algunos también llaman a este mercado la Plaza de los Artesanos. Hay bueno ambiente, bajos precios y se puede regatear.
Salir, comer y beber en Varadero
En la misma avenida está la Casa del Ron, lugar de visita obligada para llevarse una buena bebida cubana con precios económicos. Este comercio abrió en el año 2001 pero ya se ha convertido en uno de los lugares más demandados por los turistas.
Tiene además un área con detalles sobre la aparición del ron y el aguardiente tras la llegada de la caña de azúcar junto con los españoles.
Nuevamente, sin necesidad de abandonar el municipio, a unos 25 minutos de la zona hotelera, encontramos el Parque Josone, una antigua hacienda con una mansión de estilo neoclásico que ahora es un bello espacio abierto con vegetación diversa, aves y un lago donde pasear en barca.
Este jardín era de José y Onelia Iturrioz, pero con la llegada de la Revolución cambió de manos y pasó a ser del Estado. Cuenta con varios restaurantes y un minigolf.
Uno de los iconos de Varadero es la Casa Dupont, también conocida como Mansión Xanadú o Casa de Las Américas. Actualmente es un hotel, ubicado frente al mar, con lujosas habitaciones.
Esta monumental mansión fue propiedad de Alfred Irenee Dupont, un químico estadounidense que se hizo millonario tras descubrir fibras como el nylon. Es una casa ya centenaria, amueblada y construida con maderas preciosas como caoba y cedro. Los baños y suelos está hechos de mármol italiano.
Dispone también de restaurante y un bar panorámico. Es un espectacular lugar desde donde ver atardecer.
Por la noche, Varadero también ofrece múltiples opciones. Lo ideal es moverse entorno a la calle 62, donde hay lugares con música, ambientación y grupos de música en directo. Los locales Calle 62 o Beatles pueden ser un buen indicador para comenzar la noche.
Muy cerca de las playas, casi inadvertido para muchos turistas, Varadero tiene uno de los muchos parques naturales de Cuba. Se trata de la reserva ecológica Varahicacos, de 22 kilómetros de extensión y que conserva casi intactos los últimos vestigios de una parte de la flora y la fauna endémicas de la costa noroccidental cubana.
Mansiones y cuevas
Aquí podemos ver un cactus de siete metros de altura con 500 años de edad, según los expertos. En Varahicacos es imprescindible visitar la cueva Ambrosio, donde pueden verse murciélagos y recorrer algunos de los túneles naturales bajo tierra.
En Varadero hay muchas opciones para comer, desde lugares tradicionales baratos hasta restaurantes exquisitos. Pero sólo hay uno que perteneció a uno de los hombres más famosos del mundo. La Casa de Al fue propiedad del mafioso Al Capone.
La construcción es una enorme mansión con fachada de piedra y vistas al mar, donde ahora se sirve todo tipo de pescados y mariscos. Todo el local está ambientado en la persona que un día fue su dueña, desde la entrada con un antiguo coche como los que conducía la mafia en sus peores años, hasta el nombre de los platos.
Con tal proximidad al mar, en Varadero no podía faltar el delfinario. Quizá las entradas son un poco caras pero permite el baño con delfines, de quienes recibiremos mucha ternura. Dispone de un servicio de fotografía que no está incluido en el precio de la entrada al recinto.
Por último, una de las mejores actividades que hacer en Varadero lejos de las playas es la visita a la Cueva Saturno, muy próximo también a Matanzas.
Con 18 metros de largo y situado a 20 bajo la superficie, es una cueva llena de estalactitas y estalagmitas, que con la luz idónea reflejan sobre las cristalinas aguas. Está permitido el baño y también se practica buceo. El fondo es totalmente visible y el agua, como no podía ser de otra manera, está un poco fresca.
La cueva tiene varias galerías transitables por buzos donde viven diversos peces y camarones ciegos.
Queda demostrado que Varadero no es sólo playa. Hay mucho por hacer y descubrir.