Espectaculares imágenes de El Nicho, el paraíso verde del ecoturismo en Cuba
En el macizo montañoso de Guamuhaya, a 440 metros sobre el nivel del mar, y justo donde se une el Río Hanabanilla con el Arroyo del Negro, existe un santuario natural que con su exuberancia reta la cordura de cualquier visitante.
Quizás en toda Cuba no haya una estampa selvática más bella que El Nicho, con sus cascadas y su tupida vegetación. Se trata de un parque natural que además comprende un poblado rural de unos 400 habitantes, construido en las terrazas fluviales del río Hanabanilla y perteneciente al municipio de Cumanayagua en la provincia de Cienfuegos, a 286 kilómetros de La Habana.
Durante el recorrido estaremos en contacto directo con la naturaleza, podremos observar la flora y la fauna del lugar y al mismo tiempo regalarnos un baño al final de la excursión.
Vadeando la escabrosa Sierra del Escambray, a 30 kilómetros de Topes de Collantes y muy cerca del lago intramontano Hanabanilla, se encuentra este edén tropical con más de 70 especies de plantas endémicas, caprichosos accidentes topográficos y el sistema de cascadas y estanques naturales más admirable de todo el archipiélago cubano.
Considerado uno de los lugares más bellos de Cuba, en sus grutas anidan flamencos y otras aves marinas, dado que aquí la sierra termina casi en el mar, alternándose a todo lo largo del parque natural montañas, bosques, valles y áreas costeras.
El entorno del nicho es oficiador de leyendas de corsarios y piratas, exhibe vestigios arqueológicos de nuestros antiguos aborígenes, y en una de sus fauces más admirables, la Cueva de Martín Infierno, Monumento Nacional, se originó la estalagmita más grande de América Latina con algo más de 67 metros de altura sobre su base.
Como si tratara de un lugar fantástico, los muchos senderos del parque están custodiados a ambos lados por gran diversidad de helechos arborescentes, orquídeas y otras plantas. Sin obviar aves como el zunzún, el arriero o el tomeguín, y fundamentalmente el tocororo, ave nacional de Cuba y considerada la más bella del país.
También las jutías, los venados y las cotorras se podrían mencionar entre las especies que se encuentran en peligro de extinción, pero que han hallado su refugio natural en este paraje verde del Escambray.
Existen muchas vías para llegar a El Nicho, pero la más cómoda es mediante la reservación de un guía local, de los muchos que hay, siempre dispuestos a tutelarnos por un precio moderado.
Entonces, mediante puentes rústicos, escaleras y barandas de tosco acabado se inicia la subida por tortuosos caminos hasta llegar al mirador que ofrece una panorámica de todo el parque. Es posible degustar frutas tropicales como la guayaba, el caimito o el anón, que son muy frecuentes en la zona y que dejaran un sabor inimaginable entre quienes las toman con sus propias manos del camino.
Lo mejor del parque
Aproximadamente a 350 metros del mirador encontramos la Cueva El Calvo donde nace el Arroyo del Negro, y que tiene como más llamativos encantos sus piscinas naturales, saltos de agua y las frescas cortinas que forman las cascadas al precipitarse por las grandes quebradas.
Desde la mayor de todas, el agua se precipita a más de 30 metros de altura y se rompe contra las rocas de la base formando rápidos de espuma que generan a su vez una bruma característica. El cielo queda prácticamente cubierto por el dosel de los árboles mientras que los rayos de sol atraviesan el follaje.
Este es sin lugar a dudas el sitio más llamativo del parque, una maravilla de la naturaleza con decenas de despeñaderos y estanques naturales escondidos entre las montañas y prácticamente vírgenes a los ojos del visitante.
Justamente en la Cueva el Calvo se encuentra una colonia de murciélagos mariposa, los más pequeños del planeta y totalmente inofensivos. Mientras que en la recámara principal, que se asemeja a un campo de béisbol, hallamos un cafetal silvestre que a partir de las condiciones ambientales del lugar alcanzaron muy baja estatura y parecen graciosos bonsais.
En fin, se trata de una comarca encantadora donde se combina el verde de la vegetación, los ríos, las cascadas y las pintorescas comunidades campesinas.